En el año 2005 tomé conciencia de la realidad del Sahara, maduré una idea y junto a un grupo de compañeras desarrollamos un proyecto en los campamentos de refugiados. Allí conocí la realidad de un pueblo al que le han arrancado su bien más preciado, su tierra. Un pueblo que vaga de prestado por una llanura, el suelo de la luna en la tierra, una suelo estéril que Argelia muy gentilmente les prestó temporalmente en el año 1975.
Estos últimos días aquellos eternos olvidados de 35 años hastiados vuelven a ser protagonistas de portadas, especiales, llenan informativos y minutos de programación radiofónica. Pese al despliegue de medios, las eternas manifestaciones y millones de voces gritando que se deje de mirar a otro lado se sigue mirando a otro lugar.
Me avergüenzo de que el presidente de mi país no se pronuncie, ni se involucre en esta historia, una historia que es tan nuestra. España abandonó el territorio y permitió impasible que Marruecos lo conquistara.
Me gustaría visitar a toda la gente maravillosa de los campamentos de refugiados en un Sahara Hurra (Sahara Libre) y felicitarles porque su lucha de 35 años ha llegado a su fin.
SAHARA HURRA